Este juguete servía principalmente para que te echaran "la bronca", por lo menos en mi caso y en el de cafres como yo. Esto era debido a su funcionamiento y posibles utilidades, siendo una mano de goma con una extensión alargada y una sustancia que hacia que se pegara a algunas superficies o sobre todo en papeles. Se vendían en diferentes colores: rojo, azul, amarillo, etc... comúnmente envuelta en una bolsa donde venían también las instrucciones de uso con una breve explicación y costaban 25 pesetas.
Su funcionamiento es simple: se sujeta por un extremo, se estira el otro (donde esta la forma de la mano) y entonces soltamos consiguiendo el efecto deseado para que salga disparada hacia nuestro objetivo, que solía ser cristales, papeles, la colleja de tu amigo (el cual posiblemente dejara de hablarte unos días), bolígrafos, etc...
Era muy divertido coger un papel del suelo sin agacharte o algún objeto que no fuera muy pesado, aunque muchas veces se solía manchar dicho papel, sobretodo con el uso continuo de nuestro juguete. Aquí es donde me refiero con lo de echarte la bronca, ya que si le dabas a un cristal y lo ensuciabas pues te podías llevar un escobazo de nuestra querida madre.
Otra posible bronca era al coger las paginas de la libreta donde estaban nuestros deberes y dejarlas echas un asco entonces entraba en acción la bronca de la maestra, sobre todo si la usábamos en clase donde automaticamente te la confiscaba y la metía en un cajón que parecía la caja de las sorpresas donde estaba todo lo que nos quitaba para no hacer el burro. Ese cajón nos llamaba bastante la atención y de vez en cuando nos asomábamos para ver que tesoros guardaba.
En fin... otro posible uso era bromear con los amigos y darles una colleja o intentar quitarle algo de las manos sin éxito y darle, sin querer, en algún sitio menos agradable con su enfado correspondiente.
Uno de los envoltorios mas comunes con sus instrucciones. |
Cuando ya le habíamos dado todo el castigo necesaria para que no pegara mas pues... simplemente con lavarla conseguíamos que volviese a pegar, lo mas usado solía ser un poco de agua con algún lavavajillas tipo Mistol. Aunque no era la perdida del pego su defecto sino que se solía romper por debajo de la forma de la mano donde empezaba la extensión con su uso.
El mejor amigo de una mano loca. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario