Hacer deberes en vacaciones, ¿entretenimiento o fastidio?

Como norma general todos hemos aprendido a escribir, leer, sumar, restar, etc... en el colegio, pero cuando llegaban las vacaciones todo ello lo podíamos mantener con los  famosos: Cuadernos Rubio.
En mi caso los hacíamos cuando llegaba el calor, el ambiente, los pantalones cortos, los baños en la playa, en fin, las vacaciones de verano con todo ese tiempo libre que a veces no sabias ni que hacer. Pues una manera de entretenernos y aprender de paso era haciendo estos "deberes veraniegos", personalmente no me gustaba la idea de pasarme las vacaciones delante de los libros como si no hubiese tenido bastante durante todo el año. Lo bueno de esto es que no teníamos a los "profes" encima y podíamos ir haciendo los ejercicios cuando lo viéramos oportuno... aunque los ojos de los padres si estaba ahí para recordarnos que había que terminarlos antes que se acabara el verano, aun así, yo tenía que darme prisa en terminarlos porque siempre me los dejaba para ultima hora (con lo largo que es el verano). Lo que acabo de comentar es una experiencia personal, ya que a muchos si les gustaba hacer estos cuadernos incluso hacían varios de ellos.
De estos cuadernos habían de todas clases tanto para perfeccionar la caligrafía, operaciones matemáticas, problemas, etc... todos ellos con su nivel de dificultad que podíamos ver en el numero que acompañaba el titulo del libro. Para los mas "peques" los cuadernos de dibujar siguiendo una serie de puntos o colorear cierto dibujos predeterminados eran los mas básicos.


Un poco de historia

Su creador fue Ramón Rubio Silvestre nacido en Tarragona. Este hombre se dio cuenta que, en los años 50, el material escolar era inalcanzable para la mayoría e ideó una serie de fichas para la corrección de la caligrafía y apoyo matemático para sus alumnos.
Al principio los demás profesores se sintieron reacios a aceptar su método, pero al final se dieron cuenta que les podía ayudar en su labor con lo cual tuvo bastante aceptación y así nacieron estos cuadernos en 1956 imprimidos en la propia casa de su autor, siendo en los años 80 cuando mas ventas se produjeron sobre los 10 millones de copias.
El método que utiliza consiste en la repetición de ejercicios a lo largo de todo el cuaderno, aumentando la dificultad a la vez que avanzamos en él y así ir progresando poco a poco.

Evolución

Al principio solían ser de color verde los de caligrafía y amarillo los de matemáticas pero, como todo evoluciona en esta vida, mas adelante los sacaron con dibujos y colores en sus portadas dándoles una mejor imagen.
Con la llegada de la tecnología y su generalización, estos cuadernos podemos descargarlos desde Internet e imprimirlos cómodamente en nuestro hogar. Incluso hoy día podemos descargarnos una aplicación para el iPad llamada iCuadernos, desde mi punto de vista es una manera de disfrutar de las cosas de antes con la tecnología de hoy, aunque personalmente prefiero el típico librillo con su característico olor, un buen lápiz que morder y la goma con los restos que genera al usarla, teniendo que apartarlos con la mano para seguir escribiendo.

Así eran los cuadernos al principio

 

Así son los mas modernos de la actualidad

El vídeo que os pongo a continuación demuestra, como ya he dicho antes, que hay compatibilidad entre las cosas de antes con la tecnología de hoy día.